viernes, 21 de septiembre de 2012

Otra vez... Ash, esta gente

Resulta que después de haber llegado a casa e instalarme cómodamente frente a la maquinita del mal (llámese como se le quiera llamar) y, como habitualmente lo hago, me conecté a una de las redes sociales a las que soy asidua (qué sinvergüenza soy) y en primer plano apareció, en la famosa time line una publicación que, en primera instancia, me dejó anonadada y que al leerla con más detenimiento terminé por  enterarme de que un sujeto venido al menos se atrevió a insultar a uno de mis amigos por su condición económica; cuando finalicé de leer el texto, lo primero que hice fue ponerme en contacto con el injuriado para que me platicara la situación, ya que lo que él había publicado en su “muro” son acusaciones realmente graves en contra del injuriador, pero no sólo eso, además tiene las pruebas de lo que escribió respaldando su publicación. Una situación de verdad complicada para el vejador (se lo merece por puto).
Generalmente no me meto en problemas por nadie, pero me enferma que se burlen de alguien o lo traten con desprecio por no tener "dinero", y decirle que las personas de su “clase” no van a llegar a nada nunca. Pues para información de ese sujeto indeseable (y por cierto mentiroso, dice ser ingeniero sin haber terminado el nivel medio superior siquiera), aquel al que llamó “pobre sin esperanzas”  y “Einstein mexicano” en tono burlón, además de que es un gran ser humano, excelente amigo, etcétera,  ya está por acabar su carrera en Física y es investigador adjunto, nada más. Pura envidia, caray. Qué mundo, señoras y señores, en lugar de alegrarse de los logros ajenos, los quieren hacer menos para sentirse menos miserables.

Ash, pinche gente.

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