Éste es uno de los momento más musicales que he tenido según mi experiencia personal, ya que hasta hace unos meses seguía interesada en E. pero jamás iba a decirle que mis intenciones eran seguir estando en su vida (y mucho menos él en la mía, qué desvergüenza de mi parte) y no por orgullo, sino por amor propio. Si bien lo sigo recordando ya no lo extraño y ya no produce mella en mi rocoso corazón. Ahora somos felices (de menos yo) estando separados y nótese que buena falta nos hacía.
Au revoir, mon amour.
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