Hoy
que iba caminando por la calle, camino a la facultad (la mayoría de mis
escritos comienzan así, verdad... se nota que no tengo vida) pasé cerca de una
obra en construcción y empecé a escuchar el clásico: "tsss, tsss,
mamacita, en esa cola sí me formo" y esta vez, en vez de ignorar la
injuria decidí contestarle cortésmente: "Sí pendejo, esta cola es para ir
a la verga"; creo que no le hizo mucha gracia... En fin, esto me inspiró
para hacer la segunda parte de los piropos más guarros (revise aquí
la primera entrega de lo bonito que es el lenguaje) que he escuchado, que me
han dicho y que les han dicho a mis amigas y claro, amigos, por que las mujeres
también podemos tener boca de cloaca…
Y
comenzamos con las primeras profanaciones lingüísticas propias de un… bueno, a
estas alturas ya nadie se salva de pasar por una situación así:
- Mi reina,
cómo quisiera ser aceituna para estar en tu tamal… (jajaja)
- Señorita, ¿cuánto cuesta el osito que trae entre sus
piernas?
- Si tus pelos fueran lija,
ya tendría la lengua plana.
- Te lo mamo después de ‘miar’ y si escupo
pierdo.
- Con esa pepa haz de mear champaña.
- Mamacita, quisiera ser albañil, para resanarte
la rajadura.
- Me gustaría ser agua
podrida para estar todo el día en tu zanja.
- Quisiera ser mosca de charco para pararme
en tu caca… (Este sí me dio asco)
-Si yo fuera
plomero, te destaparía el agujero.
- Qué bonitas
piernas.... ¿A qué hora abren?
- Me gustaría que fueses un pollo, pa’ meterte el palo
por el culo y ponerte a sudar.
- No busques más el tocador de damas: Soy yo.
- Tus ojos son como mis calzoncillos: Negros y rasgados.
- Si Dios juntó los ríos, ¿por qué no juntar tus pelos y
los míos?
- Mamacita, me hago un sope
con tu chorrillo.
- Mi’jita si fuera
vampiro te chuparía hasta la regla.
- Si el rojo es el color de la pasión... ¡bañarme con tu
menstruación!
- En esta noche tan fría, yo te ofrezco mi estufa, no
tiene ni pilas ni cables, pero igualmente se enchufa.
- Nena corazón de alpaca, si no me prestas el de hacer
chis, préstame el de hacer caca.
- Quisiera ser azúcar para empolvarte la rosca.
- Si eres virgen, te la meto de rodillas.
- Mamacita, dichoso el clavo que ponche esas llantitas.
Esa muestra de cultura popular es el "mal" que nos aqueja día a día en nuestra querida Ciudad de México y sus al rededores, a decir verdad me parece muy gracioso (obviamente si no me los dicen a mí) ... y a usted, ¿qué es lo más guarro que le han dicho? Ponga su queja.