martes, 7 de octubre de 2014

¡No me diga! Una disertación sin oficio ni beneficio.

La idea "exótica" del amor cortés que se propone en los libros de caballerías o mucho antes, en los libros de la tradición literaria medieval española hace que me cueste mucho trabajo lograr actualizarla en el contexto en el que nos encontramos. El porqué de esta dificultad radica en la singularidad de las relaciones de hoy en día; si bien muchas veces alguna de ellas raya en el idilio perfecto, la mayoría se centra en la locura de la posmodernidad. ¿En la actualidad siguen habiendo justas? Sí, por los favores de la amada. ¿Sigue habiendo idealización amorosa? Sí, pero porque a uno le gusta ser pendejo y nada más, no porque la 'dama' le corresponda o siquiera le de esperanzas. Se ha perdido toda la tradición de conservar la honra y los favores amorosos por medio de los méritos 'bélicos' que algún avezado realice, ahora se siguen otorgando dichos favores de una manera "deshonrosa", no de una manera moralinamente hablando, si no, de que el amor ya no es lo que era antes, las damas ya no son damas y los caballeros dejaron de serlo (sí, claro. Ajá)

 Lo único que creo que conservamos de esa bella tradición caballeresca-medieval (que incluso es mucho más antigua que esos referentes) es que si a uno le quieren pedalear la bicicleta, lo único que se puede hacer para recuperarse de la afrenta es batirse en duelo, ya sea con los puños o con las benditas palabras que aveces duelen más que unos chingadazos bien dados. 

Momentos musicales IV



"Y si la noche ya no tiene nada que decirte, puedes ir a deshacer la cadena de la tumba". Danustza Bytniewski.