Esta
es una de las escenas que de verdad me hacen llorar a moco tendido, y no
exagero (tengo mi caja de pañuelos desechables a un lado, literalmente), me “pega”
fuerte y no es por la escena en sí, sino porque la vi con una persona que fue
muy importante en mi vida y que afortunadamente ya no está (sí,
afortunadamente). Realmente moría de amor por él y siempre que estábamos listos
(entiéndase cómo se quiera entender) le decía en voz bajita:
“Me matas, me das placer”
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