Aún sigo sin comprender del
todo la vida amorosa de las personas que me rodean, generalmente sus relaciones
no suelen durar y las que se veían consolidadas, dejaron de serlo y marcharon
dentro de un camión de basura, junto
con sus recuerdos tangibles. No digo que tener una relación corta esté del
todo mal, uno se evita penas, sufrimientos y dolores innecesarios, pero hay
algo que complica las cosas sobremanera: que una de las dos personas
involucradas en dicho embrollo se enamore de verdad y es cuando llegan los
problemas y de los grandes. Empiezan los reclamos: Es que yo te amaba y tú me
lastimaste, a lo que la contraparte puede responder: Nunca te pedí que me
amaras, sólo queríamos pasarla bien juntos (este ejemplo lo he visto unas tres
veces, por lo menos) y cuando esto sucede
comienza la tortura, tanto para nosotros como para el objeto de nuestro
amor.
Es muy curioso que hable de este tema tan
escabroso para mí, puesto que no tengo buenas experiencias en el campo. Si bien
mis relaciones no son buenas y distan mucho de serlo (a consideración personal)
no me “clavo” en hacerlas funcionar cuando a sabiendas que ni recorriendo el
camino de Santiago funcionarían, así ame
a la otra persona con locura (que miren que se ha dado el caso); pero es algo
que me da mucha curiosidad y me deja pensando mucho. Por eso me pregunto ¿Qué
pasó con los amores? ¿Dónde están? Y si ya no están ¿A dónde fueron?
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