Carolina... esa mera soy Yo.

Después de ausentarme por tanto tiempo (otra vez) he decidido actualizar esta pequeña bitácora con el fin de no perder la costumbre de quejarme constantemente (ajá). El punto es que me he sentido como la canción que pondré más abajo y no puedo evitarlo, si bien he tenido muy buenos días, los malos los superan por mucho, quizá exagero un poco.

Sólo me queda un consuelo... que vuelva a crecer mi pelo.

Y sigue la yunta andando...

Este es el segundo año que paso sin uno de mis mejores amigos (José Iturralde) y también es el séptimo año que estoy sin mi querido François; es una situación complicada para mí, aunque lo estoy superando (ajá). Sí, sé que las veces que he escrito en este blog digo que lo sigo superando y ya hasta parezco disco rayado, pero es verdad…

Algo que comprendí este año, es que el plantar un árbol e ir a una carrera (a la que acudo desde hace unos años con mi amigo Iván) en apoyo a la lucha contra el cáncer ayuda y mucho en la superación del duelo.

 Pour mon amour, François.

Lullaby...

«...Haceos de este mundo un sueño sin despertar» (Alfred de Musset)

Siempre estaremos ahí...

«...Un Dios habita en nosotros / y cuando se agita, ardemos» (Ovidio).

Imprescindibles.

Algo que no puede faltar a cualquier lugar que voy es la música, necesito (sí, es una necesidad) escucharla en todo momento o de menos la mayor parte del tiempo. Según Yo, cada instante de la vida debe tener una canción, siendo el género al que pertenezca de relevancia nula.

En este instante lo que me motiva a escribir esta diminuta entrada es un aria de una ópera de Mozart titulada La flauta mágica; el aria a la que me refiero se llama “In diesen Heil'gen Hallen” que forma parte del II acto de dicha obra.

Inserte aquí su momento musical.

Breves II

"No eres tú, soy yo...ah ¡no! perdón... sí, sí eres tú"   WTF!